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Acaba de publicarse el libro Forma-construcción en la arquitectura religiosa de Luis Moya Blanco, resultado del proyecto I+D+i homónimo, y en el que han participado Javier Mosteiro, Antón Capitel, Luis Moya González, Juan González Cárceles, Fernando Vela y Carlota Bustos, profesores de la E.T.S. de Arquitectura de Madrid, así como Blanca Ruilope, Margarita Suárez y Rosa Martín, de la Biblioteca del mismo centro. La obra se centra en la arquitectura religiosa de Luis Moya, cuyo legado es el más importante en volumen y variedad de los archivos de arquitectos conservados por la Biblioteca. Este fondo fue donado por el propio arquitecto, que fue catedrático de la Escuela. La Biblioteca ha participado en el libro con el tratamiento archivístico de la documentación, y la selección y digitalización de las imágenes, constituyendo un catálogo de estas obras. En la arquitectura religiosa de Luis Moya Blanco (Madrid, 1904-1990) se caracterizan dos líneas clave –y complementarias- de su pensamiento: la razón constructiva (y ello, más allá de los lenguajes formales con que se llegara a expresar en cada momento); y la idea formal y simbólica del templo: la tipología que entendía como “tema conductor” en la historia de la arquitectura, y que lo sería también en su propia obra profesional. Ambos aspectos, forma y construcción, se reunieron de manera lúcida y productiva en la coherente serie de iglesias que, desde los años de la autarquía hasta entrada ya la década de los setenta, tuvo la oportunidad de levantar. Esas iglesias constituyeron, junto a su dimensión arquitectónica, auténticas investigaciones en el campo de lo constructivo y lo tipológico- litúrgico.
El orden de la construcción y lo que ésta
conlleva (en su estricta materialidad y aun en lo que –codificando y
transmitiendo contenidos simbólicos- parece despegarse de ella) es
argumento estructurante de la idea de arquitectura de Moya; y tal idea,
en su complejidad, presenta ángulos diversos y retóricas
contradicciones. Precisamente, donde queda esto registrado con mayor
énfasis es en la construcción del templo, el motivo arquitectónico más
característico de Moya. Lo vemos con claridad en las iglesias de los
años cuarenta y cincuenta (muy expresivamente, en la sucesión de grandes
cúpulas de arcos cruzados de ladrillo), que sentaron un tipo que
confrontaba la semántica del vocabulario y sintaxis clásicos con la
tectónica de los sistemas abovedados; y lo vemos, también, en los
posteriores ensayos de la etapa “moderna” en que, sin acudir a la
morfología del lenguaje clásico de la arquitectura, mantuvo una viva
dialéctica entre la forma (en algún caso, tan renovada como el
paraboloide hiperbólico de la iglesia del madrileño barrio del Niño
Jesús) y la construcción que la sustenta.
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